Dormir es algo natural y necesario. Tener un sueño reparador es esencial para la vida, para el bienestar físico y psíquico, y también para cuidar y reparar la piel.
El sueño está ligado a la hormona melatonina, encargada de indicarle al organismo el momento de parar, descansar y dormir. El sueño tiene grandes efectos sobre el organismo. Si se duerme bien, el cerebro descansa, tiene más capacidad de memoria y se obtiene más agilidad mental. Cuando no se ha dormido, se tienen problemas de irritabilidad, ansiedad y cambios de humor.
También ayuda a reponer fuerzas para el día siguiente elaborando más proteínas y hormonas, además de generar más defensas ante las posibles enfermedades. Los médicos recomiendan dormir entre 7 y 8 horas diarias, así como una siesta de 30 minutos después de comer.
El insomnio es una indicación de que algo en el estilo de vida común no va bien, y es provocado por problemas físicos o psíquicos. Lo ideal es cambiar los hábitos y el estilo de vida. Recurrir a los medicamentos podría ser un error.
Además del cansancio y del mal humor, una mala noche implica hinchazón de ojos, ojeras, palidez en el rostro y signos de expresión marcados. Dormir es la mejor cura de belleza que existe. Por la noche la piel se recupera de las agresiones del día, dado que las células se oxigenan al máximo. Durante el descanso se respira mejor por lo que el oxígeno llega con más facilidad y en mayor concentración a las células.
Si las células disponen de más oxígeno, activan su metabolismo, su capacidad de sobrevivir y de multiplicarse, lo que se traduce en un tejido sano y joven.
No se debe privar a la piel de los beneficios de las cremas de noche, pues actúan por partida doble, ya que gracias a la relajación total de la piel los principios activos penetran mejor en ella.
viernes, 28 de marzo de 2008
Belleza: Una Bella Durmiente
Etiquetas: Belleza
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