lunes, 10 de marzo de 2008

Chi Gong, el arte del fluir.

Una frase que transmite la esencia del Chi gong, es la frase “fluir sin influir”, la cual se basa en el principio llamado “Wu Wei”, este principio representa el sentido del Chi Gong, que si influye en el ser, pero lo hace solo para devolver el orden natural cuando este se pierde.

A través de la reorientación de la energía individual, brindándole un “norte” (dicho poéticamente), para fluir con el entorno, la naturaleza, el universo, retornándolo así al “tao” (el camino), que los diferentes factores externos en determinados momentos de la vida llevan al desorden interno, primero energéticamente para luego materializarse en el cuerpo físico.

Así el Chi Gong nos hace comprender, que oponerse a la fluidez natural, es oponerse al universo y cuando eso sucede sobreviene el desorden, el caos, que a nivel del cuerpo físico se traduce en lo que occidentalmente llamamos enfermedad.

Volver al orden universal, podría definirse como la meta del Chi gong, y éste se orienta en el principio del “Wu Wei”, desbloqueando los caminos de la energía que representan la matriz de nuestro cuerpo físico, para reestablecer la fluidez natural.

El Chi gong no solo brinda la dirección correcta, limpiando o liberando los caminos energéticos de nuestro sistema, sino que también nos nutre de una energía purificada, que nos renueva desintoxicando el organismo de las remanencias negativas que se acumulan nuestro sistema, restaurándolo por la vía del Wu Wei, la vía natural.

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