lunes, 10 de marzo de 2008

Cosméticos Naturales

Los cosméticos naturales deben estar compuestos, en un porcentaje superior al 90 %, por materias primas de origen vegetal o mineral, nunca animal. Los cosméticos naturales tienen una presentación, color y olor diferente a los de cosmética convencional.

El consumidor no puede esperar la misma presentación, textura, color y olor en cosméticos naturales que en la cosmética convencional. No podemos exigir la misma vida a un producto conservado con química que a los cosméticos con sustancias naturales.

Puesto que no hay actualmente un criterio claro ni universal sobre qué se consideran cosméticos naturales, personalmente considero como importantes y primordiales, los siguientes conceptos:

El consumidor no puede esperar la misma presentación, textura, color y olor en cosméticos naturales que en la cosmética convencional. No podemos exigir pan integral de color blanco, nos estamos engañando. No podemos exigir cosméticos naturales si no estamos dispuestos a asumir los cambios que se producen en materias primas que la componen que siempre están variando en composición, textura, color, etc. No podemos exigir la misma vida a un producto conservado con química dura que a un cosmético conservado con sustancias mucho más suaves y naturales. Es importante la información objetiva al consumidor de cosmética por parte de todos los que dicen elaborarla.

Los cosméticos naturales deben estar compuestos, en un porcentaje superior al 90 %, por materias primas naturales de origen no animal (vegetal o mineral).

No debe contener sustancias dañinas para la piel ni para la salud del usuario, eso incluye también las materias primas naturales que puedan ser irritantes, tóxicas o peligrosas. En principio, esto lo asegura la Normativa Cosmética del Ministerio de Sanidad, pero en cosmética natural deberíamos ser más exigentes y severos con las materias primas que se sospechan son dudosas.

Como valoramos más el contenido que el continente, nos interesa más el efecto del producto que su presentación. Por eso no necesitamos colorantes ni modificadores del aspecto externo (textura, densidad, etc.) químicos.

Los perfumes artificiales no son admisibles teniendo la alternativa de los esenciales puros que pueden dar un aroma sano y natural. Tampoco son admisibles reconstituidos y aromas idénticos a naturales, que pueden llegar a ser 100 % artificiales.

Los cosméticos naturales deben ser una alternativa a los convencionales, aportar las mismas o mayores ventajas potenciando el uso de sustancias vegetales, y no un simple argumento de marketing verde.

Los cosméticos naturales no deberían ser experimentados con animales. Personalmente opino que si no se hace sufrir a los animales, tampoco se debería hacer sufrir a las personas, por lo que la experimentación con humanos (aunque lo consientan) tal vez tampoco sea demasiado ética. Lanzo esta reflexión para todos. La elaboración de cosméticos naturales no debería asociar se a ningún tipo de tortura o sufrimiento hacia los animales para conseguir materias primas (productos apícolas, esencias de animales, materias grasas, etc.).

La cosmética natural debería ser respetuosa con el entorno y el medio ambiente. Pequeños detalles, como el sobreembalaje, ¿para que necesitamos las cajas que en cuanto llegamos a casa tiramos a la basura? ya se observan en otros países desde hace años, no aquí, donde prima siempre el afán por vender. El uso de envases y embalajes reciclados y/o reciclables debería ser un punto importante a tener en cuenta.

La cosmética natural se basa, sobre todo, en el empleo de plantas y sus extractos. Debería ser un motor económico que potencie la agricultura ecológica y el comercio justo con los países productores de ciertas plantas. También, una posibilidad de potenciación económica de zonas deprimidas con grandes recursos naturales (zonas de montaña, por ejemplo), potenciando cultivos autóctonos sostenibles, ecológicos y rentables.

Para que una cosmética pueda ser natural con todos estos preceptos, tiene que haber una inquietud en los consumidores, una formación que valore las diferencias de calidad, y no sólo de precio, y una conciencia grupal que nos facilite ver qué es lo que realmente queremos, porque, no nos engañemos más, sólo nos venden lo que nosotros queremos que nos vendan.

Yo quiero que me vendan el milagro de rejuvenecer 10 años poniéndome una crema, con lo que estoy pidiendo que alguien se invente algo suficientemente convincente para que yo satisfaga este deseo superficial. La cosmética natural no debe ser más que eso, una forma más natural de cuidar nuestra salud, higiene y belleza, más armoniosa con nosotros y con el planeta, más consciente. La cosmética natural no debería ser una "religión" sino un complemento en una vida que busca una mayor armonía, y debería evitar caer en fanatismos y radicalismos, que por desgracia, suelen enmascarar intereses comerciales o de poder.
No hay mayor milagro que la "vida", mejor laboratorio que nuestro organismo ni alquimia más maravillosa que la que realiza una planta transformando la "luz" en "materia".

0 comentarios: